Para que no quede duda, no les estoy contando una
historia de amor, que aunque comience pareciendo el mismo cuento de pérdida del
corazón esto se trata más de una perdida de la razón, de una parte de la vida
misma, esa parte que nunca se regresa, que tú te vas con ella, esas cosas que
no se olvidan por más tiempo que pase y por más noches en vela, que no se
disuelven con un clavo sacando otro clavo, esto no tiene cura, ni medicina.
Hoy, a pesar de las 316 puestas de sol, de los varios
galones de lágrimas saladas, de las tantas huellas dejadas en la tierra
pensando en tu ausencia, de... vaya, que digo, a pesar de todo el tiempo, aun
pienso en ti, en las mañanas, las tardes y las noches, durante la comida y las
meriendas, cuando tomo café, cuando no pienso en ti cabe decir que también
suelo pensarte, suelo extrañarte, quererte, aferrarme a ti, a tu ausencia, a tu
inexistencia, suelo llorar y perderme de esa manera, suelo gritar sin que nadie
me escuche, suelo platicar conmigo misma luchando por imaginarte.
Y es que a pesar de todo sé que no volverás, no eres como
ese novio que perdí y que lloré imaginando mil y un regresos diferentes, no
eres como esa pluma favorita que perdí en la primaria y que luche buscando para
jamás encontrarla y termino valiendome madres porque encontré una que pintaba
más bonito, no eres como esa primera vez que prefieres olvidar y recordar la
segunda, no eres nada de eso, eres mucho más.
Eres más como esas cicatrices de quemaduras que te haces
cogiendo en un carro con asientos de piel, esas marcas que quedan de por vida,
que no se van ni se disuelven después de ver el fondo de varios tarros y
caballitos, eres más como las hojas que caen cada otoño, como esa fea foto que
tu mamá siempre va a conservar porque dice que te ves divino, como ese
galletero que tu abuelita siempre mantendrá en la alacena, eres esas cosas que
no se van, no se olvidan, eres todo y ni siquiera existes.
Eres, como he dicho antes, todas mis victorias, eres cada
una de mis alegrías y cada una de mis lágrimas, eres el aire que hace que
cierre los ojos y vuela mi cabello, eres las miradas de él y los berrinches míos,
eres mis sueños y mis pesadillas, eres mis ganas de vivir, estas en mis
recuerdos y también en mis olvidos, pero vaya que me viniste a re chingar, lo
eres todo, lo eres todo y a la vez nada.
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