jueves, 31 de julio de 2014

Malas decisiones

Existen ocasiones en las que pensamos que necesitamos saberlo todo, pero déjame decirte que no es así, ya ven cuando alguien dice "la curiosidad mato al gato", bueno, soy del tipo de personas que puede llegar a ser ese gato... y a este gato le gusta seguir muriendo. 

En mi vida he hecho toda clase de preguntas aún sabiendo que la respuesta puede llegar a herirme fatalmente, me gusta pensar que la respuesta siempre puede ser peor, aún cuando en verdad no espero una respuesta concreta se que pudo haber sido peor y quizás en el momento no llego a encontrarle el fatalismo hasta que llega ese día, en el que estoy sola, divagando, dándole vuelta a las cosas, y con "cosas" me refiero a esas preguntas que alguna vez hice y que obtuve mi respuesta, pienso en esas respuestas, en esas que no debería de saber, que no debí preguntar, esas que duelen, que me hacen preguntarme otras mil cosas en las cuales NO DEBERÍA DE PENSAR... pero bueno aquí estoy en un cuento que no acaba y me siento como ese perro que se persigue la cola.

A pesar de saber todo esto no dejaré de hacer esas preguntas porque bueno, seré honesta, es parte de mi naturaleza, el preguntar y obtener las peores respuestas es uno de mis pasatiempos favoritos, aún cuando en este preciso momento me encuentre pensando ¿por qué tuvo que responder?, ¿por qué tuve que preguntar?, ¿cómo es posible que con ella?, ¿ELLA?, y así, pero termino encontrándole el sabor a la situación y eso es aprender a vivir conmigo misma y mis ridículos pasatiempos. 


martes, 22 de julio de 2014

Despierto en casa.

Hoy se me agoto el pase de mi estancia vacacional en el D.F., al despertar en casa tuve sentimientos encontrados, tuve 12 días de mágicas experiencias en una ciudad inmensa que no te la puedes acabar en tan poco tiempo, definitivamente he prometido volver, después de quedarme fuera de un metro, sola y desamparada, al final del día estar completamente empapada por las hermosas lluvias de verano, atascarme hasta quedar como “Mojo” en los Simpsons, caminar distancias maratonicas para ir de un lugar a otro, visitar tantos museos y lugares esplendidos, encontrar la fondita perfecta donde hasta parecía que tu propia madre te servía el desayuno, puedo decir que en verdad ame esa ciudad, todo su folklor, todo lo que puedes llegar a ver, los olores que bien pueden causarte una perdida parcial del sentido olfativo, pero todo ahí es maravillosamente sublime, una de las cosas que más disfruté fue ver a parejas homosexuales, sin ánimos de ofender a nadie, agarrados de la mano, caminando por las calles, besándose por ahí, sin el temor del que dirán como se vive en cualquier otro pueblo como lo es mi Ensenada, obviamente que también viví la experiencia mirrey al máximo en algunos bares, presumiendo quien podía o tenía más como una pelea selvática en la que los machos pelean por ver quien tiene el pelaje más frondoso y ganarse a la hembra, cabe mencionar que nadie gano, siempre me ha gustado ver el comportamiento de las personas y me gustaría saber que es lo que piensan cuando hablan y dicen tantas estupideces, pero bueno, sin duda lo que más extrañaré, además, obviamente, de las personas tan bonitas que nos acogieron, será el maldito metro.